viernes, 16 de abril de 2010

Segundo día de prácticas

Vayamos a los asuntos más prácticos. Ayer me tocó ver las instalaciones del colegio, hoy configuramos el horario, estudiamos las labores que tengo que realizar, y tiempo de dudas y reflexión. Pero mi pasividad terminó pronto. En 2º de ESO B tenían clase de Sociales y allí que fui yo.


La profesora, mi tutora, me presentó a los alumnos que educadamente me saludaron. A continuación, como una más, me senté en el fondo del aula, discreta pero muy observadora. Aunque algo tenía que pasar. A mitad de la clase mi garganta se empezó a irritar, la típica tos tonta vino a mí. Las alumnas me miraban y la profesora prefirió no hacerme caso, lo agradecí. Me sentí como una niña pequeña, me estaba ‘portando’ peor que ellas. La alumna que tenía delante de mi se giró preocupada intentando ayudarme. “¿Estás bien?” preguntó. Un detalle que me llamó la atención y que fue muestra de la educación de estos chicos.


El tema de hoy, “La Arquitectura Renacentista”: emocionante, precioso y muy interesante. Los alumnos prestaban mucha atención, me sorprendió poderosamente lo atentos que estaban y lo participativos que eran. Pensé, "así cualquiera da clase". Qué ingenua soy.


La verdad es que esta profesión a veces puede resultar un poco dura, ahora bien, es la más agradecida de todas. Si un profesor es capaz de conquistar a sus alumnos, estos responden de inmediato porque les sale natural, porque están deseosos de que alguien les preste atención. Es maravilloso ver cómo los alumnos aprenden, como adquieren conocimientos, ideas que eres tú, profesor, quien se las enseña.


Es una profesión con mucha responsabilidad. Tratamos con personas y formamos su espíritu. No se puede obviar nada. Pero lo iremos descubriendo a lo largo de esta semana.

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